martes, 12 de junio de 2007

DE UN PARQUE Y JARDIN


El otoño apuró sus pasos nublando cómplice la antes soleada mañana.

En estremecida cercanía dos voces se buscan en tímidos escarceos.

Surgen las memorias de lugares donde sucedieron felices infancias.

Una música ya perdida va envolviendo en su dulce telaraña las horas felices.

Las vidas asumen la serenidad de la distancia cribando dolores y ausencias.

Los afectos bullen alegres pero ocultos, como los pájaros entre el ramaje.

Las palabras dicen menos que las almas porque los códigos difuminan sus temores.

Algo vivo pulsa ciertos momentos del silencio donde los ojos callan.

Un juego de mascaras los arrima y los cerca en un rincón que arde.

Un blanco encaje y una negra transparencia los acechan bajo la flor del fuego.

Hacia el final, las no saciadas ansias saben que aun no es llegado el otoño.

2 comentarios:

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

Lo lei de esta manera:

El otoño apura su paso en nubes cómplices
Las voces se buscan / la cercanía se estremece
Con tímidos escarceos en la tarde surgen
lugares en la memoria de la infancia
Una música perdida va envolviendo
en su dulce telaraña las horas
Las vidas asumen su serenidad
y hasta la distancia criba dolores y ausencias
Los afectos bullen alegres pero ocultos,
como los pájaros entre el ramaje.
Las palabras dicen menos que las almas
porque los códigos difuminan sus tatuajes.
Algo vivo pulsa momentos ciertos
de ese silencio donde los ojos callan.

Gracias por aportarnos TUS SENTENCIAS...

Carabell dijo...

Hermoso. Y gracias por tu comentario.