lunes, 11 de junio de 2007
DE LOS VENCEDORES
Los hombres soñaron los reinos.
Las altas hogueras en la noche previa, los destellos de siseantes espadas, los tambores retumbando en la batalla.
Pero solo eran sombras, diminutas y rojas siluetas frente a un fuego.
Eran no mas que un tumulto de lanzas y la monotonía de escudos escarchados.
Ellos se sabían solo sombras, inútiles, borrosas y asustadas.
(Negarlo era el único afán compartido)
Soñaban sueños de Reinos, de victorias heroicas, de vencidos y muertes, de cicatrices que no deshonran la espada y el brazo y la coraza.
Soñaban a plena noche encogidos ante el terror, intuyendo el dolor, la humillación, la definitiva derrota.
Solo eran sombras que soñaban poderosas traiciones.
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