viernes, 30 de noviembre de 2012

OLEO DE MUJER DESEADA


Es dueña del reflejo del espejo que la refleja impenitente en su azogue enamorado.

Derramada miel su pelo que marca a hierro su oleaje en el potro de la memoria.

Como en óleo el cristal azogado fija su piel embebida en breves besos ilusorios.

El pudor del escote se refleja una y otra vez incorruptible en su abismo encantado.

Toda la dulzura de un sueño acomete desde su perfil en el camafeo de vidrio y vaho.

Hay un oro que refulge pequeñito ante la guedeja de miel que esconde su mirada.

Es ella, ya amanecida en el difuso entorno de ocres terciopelos y marco dorado.

Es ella, con la dulce arrogancia de las reinas que se saben siempre reflejadas.

Es ella, cristalizada incesante con su boquita como esperando esos besos prometidos.

Y ahí permanecerá, quieta y silenciosa, atrapada eternamente en su tierno reflejo.