lunes, 14 de septiembre de 2009

FASTOS DEL TEMPLARIO


Monótonos cardúmenes escanciando un mar inagotable.

Tediosas moscas soportando la lluvia.

El azul de esa noche improvisando el tenue gris de “esa” madrugada

Miríadas de parásitos aferrados a la violenta escollera.

Las leyes interdictas del rutinario ocaso.

El otoño, rastrojeado y feliz.

Su voz esperando, olvidada para siempre.

Geométricas banderas al viento, sobre el triste promontorio de un sueño.

Corazas, mascaras, y altas lanzas, enfilando hacia la batalla perdida.

Mapas, naos, derroteros..., navegaciones inútiles. Sombras que acuden.

INTUICION URBANA


Perros vagos merodean en la ciudad que duerme.

La madrugada es un vaho frío que humedece el asfalto y difumina las luces.

Una silueta camina titubeante entre los perros y las bolsas enlutadas de la basura.

Ha de ser un ebrio, un suicida o un poeta, porque los perros no ladran.