Ese Inicio furioso donde en medio del asombro del encuentro nos sentimos perdidos.
Aquella Hora marcada por el sino compartido de ausencias remotas y cercanías vigentes.
Los Días desesperados buscando explicaciones a dolores y euforias.
Los Meses sucesivos moliendo el grano de las primeras rutinas.
Esos Años inútiles negando las premoniciones, los signos, las certezas.
El Mar con sus barcos de colores en las lejanías de las islas y los peces.
El quieto Desierto ardiendo en el polvo de estaciones repetidas por un sol envejecido.
Ese Bosque de aire encantado fluyendo entre los árboles húmedos y antiguos.
Cierta Noche de penumbras urgidas por las cadencias definitivas del amor.
Ese solo Día donde a toda luz el miedo hizo de estatua y de signo sagrado.
El Ayer cristalizado en las pequeñas memorias de una voz y su rostro.
Este Ahora que se rinde a las más oscuras evidencias del terror.
El Allí que dejamos estremecido por los pasos y las huellas.
Este Aquí naufragando en los peores vientos de la eternidad del recuerdo.
Un otro Siempre donde no repetiremos los errores y las búsquedas.
Un Nunca que acumula los sueños fragmentados por el rumor cotidiano.
Este Final estremecido por los augurios saciados de nuestros íntimos tormentos.
1 comentario:
¡Vaya catálogo que nos presenta, para escoger!
Sí, esos comienzos siempre son temerosos y duros de realizar pero... por un punto de partida hay que empezar la existencia escrita de nuestras vivencias para luego terminar en un final casi idéntico a nuestros principios, con dudas, preguntas y temores.
Me encantó este catálogo de presentación de cosas siniestras.
Es un placer leerte, saludos
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