domingo, 5 de octubre de 2014

VIAJERA


(Pero sólo vos me ves...)

Todo atardecer posee ahora las silabas de su nombre urdiendo los vínculos del desamparo.

En esa distancia definida seré breve sombra bajo los arcos del portal y los faroles.

Ella me verá como un oscuro fantasma dibujado entre las oscuras ramas de los pinos.

Me pregunto si sabrá esa primavera que hasta acá alcanza a llegar en lejanía su perfume.

El crepúsculo tramontano viceversa es nuestro en toda su rojiza extensión terrestre y lunar.

Esta primavera donde habita sostiene las mismas intensidades de aquellos pinares.

Estará inmersa en sus rutinas aun con el sabor de mis besos en su boca nocturna.

Su piel buscará mi piel, los rastros de esos besos idos en la tibia cercanía de las manos.

Seguirá soñando esa rosa de terciopelo y yo habitando secreto entre sus pétalos.

Siempre la acecho desde dentro de si misma vagando por sus venas inserto o diluido.

Quizá la sorprenda entre las sabanas de la noche, ebria de champaña y yo ebrio de ella.


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