martes, 3 de junio de 2014

ENERO 8 DE 2009


Para Casandra

Apareciste esclava y doncella desde el fondo oscuro de mi soledad yaciente.

El estío de ese año fue el más intenso y florido porque tú ya eras soberana.

Y el amor enternecido tuvo historia y tiempo sin horario ni restricciones.

Urdimos la certeza de que no hay distancia que rompa ciertas cercanías.

Comenzamos a sentir en la piel la intensidad del mar atados por el viento.

Me diste tu pasión recién despertada y te di los intramuros de mis insomnios.

Se avivaron los fuegos dormidos por los años de aquellos los tristes destierros.

Te acercaste a mi reinado con las sombras de tu pelo y la luz entera de tus ojos.

Me declaraste Amo y Señor de tu reino de ilusiones en palabras e imágenes.

Dejé extasiado que entraras en la torre del castillo y lo habitaras para siempre.

Abriste para mí el cofre del Amar sin incertidumbres, llena eras de gozo.